Entrevista a Will Spector y Los Fatus
por Abel Ibáñez G.

¿Cómo se transformó la canción desde que empezó a escribirse hasta que quedó grabada?
Como tantas otras empezó siendo una cosita sencilla de guitarra acústica y voz, a la que fuimos dando vueltas hasta llegar a donde está. Sabíamos que queríamos algo noise y bailongo, así que trasteando con una caja de ritmos y un sample de bocinazo fuimos creando una base sobre la que montar el muro de guitarras. Más adelante ya introdujimos batería híbrida, arreglos de sintetizador y armonías y demás.

¿Quiénes colaboraron en el proceso?
Inicialmente comencé yo [Will] con el esqueleto de la canción, acordes y letra, y ya con la banda le dimos forma. Estuvimos todos grabando en el estudio de nuestro amigo Ik Miranda, con quien realizamos la producción y quien se ocupó de mezcla y master.

¿Cómo fue la sesión de grabación de esta canción?
Esta canción forma parte de nuestro próximo tercer album, que grabamos durante un par de semanas en Barcelona con Ik, y lo cierto es que nunca habíamos estado tan a gusto en el estudio como esta vez. Todo fue fácil, rápido y divertido. En concreto, esta canción es sencilla de ejecutar por lo que nos pudimos relajar y disfrutar del momento, especialmente grabando el berrido final, capas y capas de gritos y aullidos.

¿Hubieron algunas otras opciones para el título?
Sé que parecemos muy sosos titulando canciones, pero la verdad es que nos gusta que quede claro el concepto, por lo que no solamente lo repetimos doscientas mil veces en la canción sino también en el título. Aquí estábamos entre Miénteme a secas y Miénteme otra vez, y ganó la segunda porque nos gustaba más como quedaba en el tracklist del vinilo. ¡Abajo la poesía!

¿Cuál es la historia detrás de la letra?
En nuestra opinión la verdad está sobrevalorada. El cerebro está continuamente deformando la realidad y los recuerdos para hacernos la vida un poco más llevadera, y bien está así, que si viésemos de golpe la realidad de la existencia se nos paraba el corazón en el acto.

Pues bien, si ya nos engañamos nosotros mismos, qué daño puede hacer que nos mientan un poquito los demás, sobre todo si nos hacen sentir queridos. El amor lo es todo, hermanos, y la mentira es gratis así que win-win.

¿Hubieron influencias o referencias?
En cuanto a letra sigue un poco los pasos de Stephin Merritt y sus 69 Love Songs, a quien se suma un intento de Kevin Shields en las guitarras y Dan Snaith en lo rítmico, buscando una mezcla de pop 60’s+shoegaze+electronica y con un ojo en los Happy Mondays.

¿Cuál fue el mayor obstáculo durante la escritura y grabación?
A nivel compositivo es un tema que rompe fuerte tras el primer minuto y no deja de subir hasta el final. Lograr este efecto de entrada fuerte pero mantener headroom para llegar al final con espacio necesitó un buen trabajo de ecualización y capas de guitarra por parte de nuestro técnico.

¿Cuál fue el mayor aprendizaje durante el proceso?
Tal vez que la psicoacústica funciona, y que la simplicidad también. Normalmente hacemos canciones con más desarrollo en la escritura, pero esta vez apostamos por una letra minimalista, y creemos que ha sido un acierto.

Si hubieran podido invitar a cualquier otra persona a colaborar, ¿quién hubiera sido?
Pues a ver Kevin Shields en la guitarra hubiera estado ciertamente bien, o tal vez un solo del guitarrista de The Horrors.

¿Cuál es el mayor reto para presentar esta canción en vivo y cómo se ha resuelto?
Al igual que en la grabación, hemos tenido que dosificar bien las intensidades y el gain stacking en las guitarras. Luego intentar no enrollarme mucho antes y después de la canción.

En una playlist, ¿qué canción de otra banda pondrías después de ésta?
Spiritualized – Anyway That You Want Me