Enviaste 23 de mayo a las 3:13

Hola, Iván, seguramente pensarás que enviarte un mensaje a esta hora es súper cliché. No me mal entiendas, de repente me acordé cuando tenía 18 años y planeábamos vernos cada martes. Aún conservo las sensaciones en mi cuerpo cada vez que te veía en los torniquetes del metro Canal del Norte. Recuerdo lo mucho que aprendí contigo y también lo mucho que te amé en ese tiempo. No puedo decir que te extraño, pues ambos nos perdimos del mapa hace un tiempo ya. Pero si te recuerdo, y lo hago con mucho amor. Nunca dejé de quererte. Y me da gusto poder saludarte de vez en cuando. Te quiero, aunque ya no seamos niños, ni comamos wafles con arándanos secos después de hacernos el amor.

 

Iván envió 25 de mayo a las 17:35

A veces paso por Canal y me quedo mirando la entrada del metro. Nunca estás tú, pero sí hay torniquetes nuevos. Cuando hago eso necesito creer que andas por ahí, cansada sobre nuestra cama. Estás en mí, Vivian, pero tan en el fondo que siento tu existencia y tu presencia; me basta con que algo me recuerde a ti para que aparezcas con la mayor claridad en mi cabeza. No he olvidado ni olvidaré jamás mi desesperado deseo de ti. No sé si eso equivale a seguir deseándote. Tal vez. Te quiero, Vivian. Siempre que necesites, aquí estoy.