Te veo y me pareces extraño, sentado a mi lado aun te siento alejado, se que ayer discutimos ¿podríamos hablarlo?
Son las 12:50 y te noto estresado, de ese cuaderno hoja por hoja has ido arrancado, carajo, de repente me pareces nefasto. ¿Recostarte un momento por tu cabeza no ha pasado?
No entiendo que nos está pasando, hay un elefante en la habitación paseando, ¿no lo notas o prefieres ignorarlo?, creo que solo eres indiferente de nuestro lazo
Otra vez vas desvelado, sin desayunar, ese vaso de agua de nada va a ayudar, ni intentes fumar seguro te vas a marear, ¿que buscas en tu bolsa? ¿Las llaves volviste a olvidar?
Te noto ojeroso, te ves descuidado, también tu ropa, mírate, vas todo arrugado, quisiera golpearte o jalarte del brazo, pero no pretendo romper otro espejo que nos termine endeudando por un rato
Milagro, por fin un descanso, ¿qué? ¿otra vez ese tema vamos a sobrepensarlo? ¿No habíamos dicho que ya íbamos a superarlo? ¿Qué ya sabíamos cómo sobrellevarlo? Ah, no te dire nada, solo te acompañare callado.
Cuando duermes me gusta volver a los recuerdos, un álbum polvoriento y fotos amarillentas, unas cartas mal escritas y dulces de un 14 de febrero, me pregunto ¿dónde te encuentro?
Ni siquiera te vi salir hoy, me siento cansado, he intentado estos últimos meses seguirte el paso, pero resulta en fracasos y no te miento, me siento frustrado, tu ritmo frenético la batería me ha agotado
Recojo un pedazo de hoja arrancando y la pluma que te hizo enojar el otro día porque en tu mochila había chorreado, bueno, al menos me reí contigo, de ti, un rato.
“Me tomaré un tiempo de mi” fue lo primero que escribí, mientras los párrafos seguían, sin darme cuenta una lagrima fluía, presagio del tormento que se venía, o bueno, eso creía.
Si, quizá exagere, solo llore un par de minutos y sobre tu mesa llena de dulces, pendientes y cigarros una carta dejé. Espero que la leas no seas infeliz, tú la escribiste, el frente dice “de: mi para:mi”
No se en que momento perdimos la chispa, entre mi mente y corazón existía una ruta distinta, directa, sin escalas y ahora se detiene aunque no haya nada, ni nadie, solo tu.
¿Por qué finges las sonrisas? ¿No sientes como te desbarata esa mentira?. Vas regalando a la gente atención sin medida, tanta, que para ti ya no queda nada cuando acaban los días
Me molesta tanto que te amo y no lo notas, arrojas a la basura mis intentos de demostrarlo y luego te enojas, balbuceando al aire “Cuídate, ¿no ves qué todo empeora?”
No sé si eres idiota, no se si soy yo el idiota, pero tomarme un tiempo de mi quizá me ayude a escribir otra historia, alguna aventura no tan fantasiosa o ¿encontrar el amor? No tanto, me pase de idiota
De nuevo a conocernos, no bastó con que abrimos los ojos en el mismo momento, ni con acompañarte todos los días de tu vida por dentro. ¿Cuando descifrare es test de personalidad? ¿Y si me dejo guiar por lo que dice en la revista sobre mi signo zodiacal?
Te veo en unos meses, cuando estés listo para sentarnos de frente, me haces una llamada 01-800-hayquedejarnosdepayasadas, nah no te enojes, tú sabes dónde buscarme, no, no en el bosque, no estamos en una película romántica del 2014.
Búscame en algún lugar donde estemos felices, en las comisuras de la sonrisa de esa chica que te gusta, en alguna función de cine o simplemente tirado escuchando en replay esa playlist que armamos el fin de semana
Es gracioso que te dejo pero no paro de pensar en ti, pero bueno, es lo mejor para ti, digo para mí, tú me entiendes.
Mis 25 años son la prueba de que se pueden vivir 365 días del año melancólico.