Ayer estaba en la oficina y puse Spotify como todos los días, de repente comenzó a sonar “The pleasure and the pain” de Lenny Kravitz
Inmediatamente apareciste tú en mi cabeza, a mitad de la habitación, bailando y sin camisa (como solías estar la mayor parte del tiempo), con un cigarro en la mano, intentando que el gato bailara al ritmo de la música, mientras te acercabas a mi para besarme y hacerme bailar contigo también.
Por un momento me pude sentir ahí, bailando contigo, pidiéndote que por favor dejaras al gato en paz y parándome de puntitas para corresponderte el beso mientras me dabas vueltas con una mano. Estúpidamente me sentí feliz que hasta sonreí.
Me di cuenta que todavía te extraño… (mucho para mi mala suerte). Que después de tanto tiempo sigues estando en todos lados y que por mas que lo intento aun sigues siendo parte de mi vida.
Pero también me di cuenta que es algo que ya no quiero sentir, ya no quiero que seas mi punto de referencia, por que no puedo con la idea de no poder soltarte, y tampoco puedo con el miedo que le tengo a tener que extrañarte por el resto de mi vida.
No me gusta peinarme. A veces sonrío. Sobreviviente del corazón roto.