Era la primera vez que tomaba un vuelo de madrugada, podía sentir el viento nocturno en toda mi cara, era una sensación placentera por que las ráfagas veraniegas eran cálidas y agradables. Llevaba dos maletas pesadas, repletas de libros y ropa meticulosamente doblada, sin duda quiero evitarme fatigas a la hora de llegar a casa, necesitare tiempo libre para despejar mi mente y evitar pensar en cosas, específicamente en ti.

Me apresuré a hacer todas esas cosas que se hacen antes de tomar un vuelo para poder ocupar con premura mi asiento y asimilar todo lo que en menos de veinticuatro horas había pasado.

Al rato, después de unas cuentas horas, logré estar en la posición que quería, donde mi única distracción sería mi amiga en el asiento de al lado y sus nervios colosales a la hora del despegue.

Una vez estando a cientos de metros en el aire, comencé a cavilar cómo había llegado hasta este punto, pero me sentía con el alma hecha pedazos. Sé que veces las separaciones son difíciles, y después de nuestra despedida, si es que se le puede decir así, creo que no sé cómo enfrentar la vida sin ti. Hice mi mayor esfuerzo por recordar parte de nuestra repentina conversación, sin embargo, solo me quedé con tres oraciones.

– Hasta nunca – dije insensiblemente, sin saber que me arrepentiría tan pronto como salió de mi boca.

– Igualmente Dalena – me respondió fríamente, mientras se daba la vuelta.

– Llévate mi vida entera – murmuré, sabiendo que no lo escucharía.

Te fuiste despacio y pude ver tu silueta perderse entre la multitud, sin saber a dónde vas, sin saber cuándo te volveré a ver, porque sé que te volveré a ver, pues si de algo estoy segura es que romperé la promesa que te hice aquel día, cuando juré que nunca volverías a saber de mí y te dije hasta nunca, porque nada está bien cuando nada es verdad, y nada es verdad desde el momento en el que no te pude decir adiós.

Después de una o dos lágrimas entrometidas, las nubes color del hielo empezaron a iluminarse poco a poco y traté de no parpadear ni un solo segundo para poder ver a través de la ventana del avión el hermoso amanecer lila levantarse. Me quedé inmersa en su belleza, solo recordando que el amor espera.

Fotografía por Chibsterr