Líneas y grises

Sólo yo me puedo escuchar.
Pego otro grito.
Mi voz me despierta.
Mi cuerpo me pide café, mi corazón adrenalina.
Soy el tiempo que espero para que algo suceda. Impaciente.

las uñas que muerdo cada que me quiero morir de ansiedad

las heridas que me he dejado en la espalda

las cajas en las que me guardo porque me aterra saber que me tengo que desempacar

los cuadros que no cuelgo en paredes porque no tengo asegurada una semana aquí

las noches que me escapé hace unos días y caricias

las mentiras que no me creo

las verdades que no me atrevo

las noches que te extraño y no duermo

la vez que te grité que te dejaría, A

las veces que no lo logré

frases etílicas mal estructuradas que no quiero que me recuerden al día siguiente

mis ganas de no quererte olvidar

el amor que le tengo a tus lunares

la tristeza de cargarte bajo la piel y nunca poderte tener

las mañanas que me duelen amanecer

las noches que me emociona poder dormir

el apetito perdido por no poder creerte otra vez

las ganas de pedirte perdón por algo que nunca te hice

las líneas que quiero cruzar

las líneas que ya crucé y no debí hacerlo

mis consecuencias

blanco

gris

negro

la vez que A no tuvo miedo de quererme

las cartas que escribí y mandé a quien quería sin querer recibir una respuesta

mi temperamento predecible

el miedo de que se me rompan los huesos

el modo en el que te veo en mi mente y luego me distraigo contigo otra vez

el modo en el que te hablo telepáticamente mientras espero a que algún recuerde se cancele

el ardor que me causabas al levantar tu cuerpo de la cama y dejarme desnuda y enmarañada

la incomodidad de sentirme enmarañada con nudos que provenían de mi pecho

las veces que me amarrabas con tus piernas y arqueabas tu cuerpo contra el mío esperando encontrar algo de mi cuerpo que realmente nunca entendí

Soy lo más simple A.
Soy estas palabras.
Te encuentro en mis recuerdos y en cada baño al esperar el chorro de agua caliente…y cada que te encuentro, no están tus lunares donde los dejé.
Me convertí en esto.
Me convertí en constantes líneas que me he vuelto adicta a cruzar.
Ojalá todavía fuera blanco.
Ojalá sólo fuera negro.
Pero soy gris, A.
Todo aquello me volvió gris.

Fotografía: Aëla Labbé