Caminando cerca de ti, un cigarro prendí, sabiendo que todo esto ya lo repetí, el humo desciende por tus labios, mordidos por el cambio. Miras mis ojos, esperando volar, pero lo único que me haces es empapar.
Las palabras escupen por tu boca, no lo puedes controlar, pues lo que querías decir, lo acabas de tirar, arrastras me tienes recogiendo tus versos, que inmóvil me han dejado, pero con mi deseo ya recuperado.
Y aquí nos encontramos, únicos, egolatras, soberbios, habladores compulsivos, fanáticos del hoy, ingobernables hasta la médula, queriendo salvar al mundo, cuando en nuestra cabeza un mar con sirenas hay.
Aborrezco tu orgullo… mi orgullo
Me asquea tu ego… mi ego
Necesitamos a ellas saltar, en su lomo estar, aprendiéndolos a domar, y salir al parque a galopar. En mis sueños desesperados estas, en aquel campo de flores amarillas donde llegaras, y todo mi cuerpo harás explotar, con tus manos inocuas sentirás, tu flor favorita que entre mis piernas encontraras.
Fotografía por Gastón Suaya
Me gusta el amarillo, mi cama rosa, todas las flores y los incómodos momentos de silencio.