Tu lengua sale de su escondite y recorre mis labios.
Víbora húmeda, experta, la naturaleza voraz,
marca su camino a través de mi pulso.
Mi cuerpo, camino de tierra, de verdes distantes.
Detrás de la belleza también hay crueldad,
es la naturaleza, donde también se hayan tus dientes,
tus abrazos de corazón.
Aquello que nombras por las noches, más allá de,
y los silencios.
Lo despiadado y lo hermoso de lo crudo, lo verdadero, esto que siento,
cuando tu lengua desciende y no llega al deseo.
Cuando tu ausencia aparece.
La víbora que marca surcos entre las sombras.
Son tus palabras que erizan, pero no llegan al centro,
de aquello que es más que cierto.
Lo natural, que ¿no existe?,
pero se siente.
Es el sonido que sale de mi boca, la naturaleza de lo incierto,
de aquello que es nombrado y existe,
que, aunque no se reconozca,
ahí está.
Tu lengua, que regresa a su cueva,
arrastrando un pedazo de mi ser.
La naturaleza de amarte más allá, lo innatural.
Fotografía por Magnus Jorgensen
Lectora constante, pastelera insomne, antropóloga en curso, necia (que a veces escribe).