¿Qué es más divertido para ustedes, guiar a otros para que participen en su música de manera individual, o contribuir de manera colectiva para que una idea o canción suceda?
Lo verdaderamente divertido es desprenderse de los lugares comunes en los que uno cae cada vez que crea. A lo largo de los años uno encuentra fórmulas que esconden un interés preconsciente. Cuando trabajamos en grupo, esas fórmulas se disuelven, el suelo creativo cambia de sitio y se generan nuevas conexiones, nuevas formas de crear. En resumen: lo que más nos divierte es ya no poder reconocernos en lo que creamos colectivamente.
¿Cómo manejan el ego al momento de tejer y crear un ensamble con distintas visiones e ideas?
Tenemos la suerte de admirarnos entre nosotros lo cual impide que el ego se manifieste.
¿Qué sentimientos o paisajes buscan transmitir al público del Mutek el próximo sábado?
Quisiéramos que el público resuene con lo que nos inspiró desde el principio: la naturaleza rizomática del micelio. La forma intrincada en que se interconectan las colonias de hongos y también las diferentes culturas y microculturas en todo el mundo globalizado. El internet es un rizoma también y las personas somos brotes.
El individualismo en lo creativo versus el ensamble, ¿tienen para ustedes una diferencia abismal o es simplemente una decisión creativa?
Creemos que la naturaleza del arte (en el que nosotros creemos) es movilizar estructuras arcaicas y generar lo nuevo. Trabajar en ensamble es una forma de movilizar nuestras propias estructuras creativas.
¿Cómo definirían la belleza en lo sonoro/audiovisual?
Lo bello para nosotros es una de los elementos estructurales que hay que movilizar. La palabra “belleza” es un campo de batalla y si el imperialismo cultural la quiere, se la puede quedar. Nosotros preferimos lo práctico, lo que funciona, lo que genera, lo intensivo y lo múltiple. ¿Podemos decir que mucha de la música que se presenta en Mutek es bella? Controversial. Lo importante es que movilice.
¿Qué significa para ustedes que una “cosa sea fluida” hoy que la palabra “fluir” es tan común, new age, de moda?
Tenemos una visión del mundo en donde el deseo es creador. No solo deseamos satisfacer necesidades personales sino que también deseamos colectivamente estructuras sociales, económicas, artísticas y científicas. El deseo es un flujo que se escurre en todo lo que hacemos. Los flujos pueden ser bloqueados, manejados, amplificados y retroalimentados. Que la “cosa sea fluida” significa, para nosotros, que el flujo del deseo no sea bloqueado por el ego: miedos, inseguridades, dudas y sobre todo el “¿qué dirán?”. Que la cosa fluya es igual a la creación liberada y múltiple.
¿Cuál es la importancia para ustedes de la poesía y la contemplación en la música?
Las tres (la poesía, la contemplación y la música) son facetas de una y la misma cosa. Cuando uno poetiza, contempla y canta, moviliza y ya no deviene el mismo. Las cosas cambian.
Tejidos Digitales es un proyecto audiovisual conformado por Camil Camil + Rafael Durand + P3P510 que vincula a la comunicación creativa como un mapa o tejido donde un sonido interpela e inerva un campo de información y experiencias que devienen en el acto creativo.