El remedio es un olvido muy franco
y la memoria carece de piedad.
Andar a tientas las formas del recuerdo
como si hubiera extraviado olvidos en papel
Andar a tientas silencios
para una apología de la acritud de mis desvelos
(Tienes el divino derecho de morir por tu propia mano)
Andar a tientas los sueños buscando metáforas,
En otras vidas descubrí que la nostalgia se me ha hecho costumbre
(No queda mucho por hacer, nací envejecido del alma)
Y con todo esto hallar al final de la noche
en los sedimentos del café y el tormento
un poema por el que andar a tientas:
¿Dónde quedó mi juventud?
Mis sueños están de luto.
Soy un buen hombre, con sueños terribles, nada más;
un animalillo triste húmedo de su propia sal
S
I
L
E
N
C
I
O
Y las palabras mueren transcurridas a la espera de sueños que no vendrán
Andar a tientas la muerte…
El sol es nuevo cada día, mis ojos no.
Celebremos las aguas de mi cuerpo…
La fuente de la eterna senectud.
Fotografía: Valentina Varas
Filósofo. Pintor