“In a universe of electrons and selfish genes, blind physical forces and genetic replication, some people are going to get hurt, other people are going to get lucky, and you won’t find any rhyme or reason in it, nor any justice.
The universe that we observe has precisely the properties we should expect if there is, at bottom, no design, no purpose, no evil, no good, nothing but pitiless indifference.”-Richard Dawkins

“Cual es el punto de todo esto? llevamos horas caminando en el bosque. No creo haber respondido el llamado de la madre patria para esto” preguntaba ingenuamente en voz baja el joven Andrzej de 18 años.
“El camion se rompio y parece que no hay un reemplazo, pero van a matarnos de todas formas” le respondió su amiga Valentina.
Se habian hecho amigos recientemente, debido al cautiverio en que se encontraban en plena masacre de Katyn, ambos provenian de Gnezdovo, desde donde salian camiones atiborrados de prisioneros dirigidos al bosque de Katyn todos los dias.
Siendo un año menor que Andrzej, Valentina se encontraba extrañamente consciente de su situacion, pensaba que iba a morir pero no tenia miedo, ni a los gritos de los oficiales rusos, ni a sus balas, ni a la muerte misma que ellos traian. Tuvo una vida difícil, su padre se suicido cuando ella tenia 5, se disparó en la cabeza delante de ella y su hermano menor que solo un par de años despues murió de tuberculosis junto a su madre. De modo que en el corazón de Valentina no habia lugar para la falsa esperanza tan humana de que “somos alguien”.
Andrzej por otro lado, era tristemente demasiado optimista para su propio bien, su peor cualidad era su exceso de amabilidad la cual ponia de manifiesto cuando era generoso con sus propios captores para el recelo y desprecio de sus compatriotas presos. El motivo de la misma yacia en la inmadurez del joven, se habia enrolado en la resistencia polaca tan solo unos dias antes que iniciara la masacre, aun cuando todos sus camaradas murieron abatidos por los sovieticos Andrzej estaba convencido que un milagro los salvaria del desastre, que quizas los sovieticos se irian y que los alemanes les perdonarian la vida o algo similar.
Precisamente por esto es que la posibilidad de una salvacion caia con todo su peso sobre los hombros de Valentina.
El sol iluminaba el bosque la mañana del 9 de Abril de 1940, el aire estaba humedo y brumoso, los arboles se extendian sin fin por kilometros y kilometros, un soldado ruso gritó “alto!”. Habian llegado. Ahi estaba la fosa, para Andrzej era el fin, estaba inmensamente triste, todos sus sueños y esperanzas de construir una vida idilica y rutinaria como la de sus padres, trabajar en una fabrica e ir a pescar los fines de semana, todas estas ideas tan mundanas y regulares pero reconfortantes perecerian ahí.
Para Valentina el caso era completamente diferente, habia imaginado abismos simbolicos y pesadillescos miles de veces sin embargo el real no le asustaba en absoluto, solo podia limitarse a reconocer su existencia como algo de lo que era mejor alejarse por lo que allí mismo, rodeados de soldados sovieticos, tomó una decisión impulsiva y en extremo arriesgada, los soldados estaban descansando por un momento con la guardia baja antes de proceder con la ejecución masiva.
Valentina tomo el brazo de Andrzej con fuerza y le susurró al oido “corre” (el chico titubeo, visiblemente asustado), una vez mas ella le dijo tratando de mantener la calma pero tomando con mas fuerza su brazo “corre”.
Andrzej fue valiente por primera vez en su corta vida y comenzó a correr, Valentina hizo lo mismo pero con mas decision, pronto los soldados comenzaron a disparar sin previo aviso, los primeros disparos no acertaron, esto envalentono a los demas prisioneros que se aventuraron a sus propios intentos de escape, los tiros aumentaron en cantidad y frecuencia y varias personas fueron heridas o asesinadas en su huida pero no ellos. Valentina y Andrzej ya se encontraban a cierta distancia del tumulto, corriendo entre los arboles, solo acompañados por el sonido de su propia respiración agitada.
Ya por la noche, extremadamente cansados, se permitieron caer y dormir cerca de un grupo de rocas rodeadas por arboles, la mañana siguiente, decidieron seguir caminando sin saber hacia donde iban solo esperando que fuera lejos, lejos del horror. Casi famelicós buscaban algo que se pudiera comer, mas allá de algunos hongos no encontraron mas que pequeños insectos y roedores, presa de la desesperación Andrzej comenzó a llorar como un niño, ante esto Valentina lo abrazó y le dijo “vamos a salir de aqui y vamos a ir a Francia, te lo prometo, podremos empezar de nuevo y tener una granja con patos, vacas y esas cosas que a nuestras babushkas les gustan tanto”, “por favor Andrzej, tenemos que seguir”.
Al dia siguiente, la moral de ambos habia decaido ampliamente, las conversaciones entre ellos se sucedian tras intervalos de silencio sumamente largos. Por la tarde encontraron una cabaña abandonada, en ella solo habia algo de leña y un par de camas.
Alli la noche al menos los encontró calientes y relativamente comodos a pesar del hambre angustiante que los azotaba. Resolvieron seguir camino por la mañana, Andrzej no habia perdido el optimismo que lo caracterizaba por lo que a los efectos practicos de intentar amenizar el momento, trató de hacer reír a Valentina, lo cual inesperadamente salió bien, muy a pesar del estado terrible en que se encontraban, Andrzej se sentia contento de al menos compartirlo con Valentina y justo alli ella comenzo a contemplar la posibilidad que no llegarian con vida a ninguna parte.
Al seguir caminando la mañana siguiente no se habian percatado de la cercania de las lineas alemanas.
Las minas antipersonales se remontan a la invencion misma de la polvora, siendo utilizadas en la edad media y posteriormente durante la primera guerra mundial, alcanzando un uso generalizado durante la segunda guerra mundial. El proposito de las mismas es mutilar o matar a quien las pise, poseen un radio de accion relativamente alto por lo que es correcto suponer que las consecuencias de pisar una son catastroficas.
Mientras caminaban hablando sobre sus familias y sus granjas Andrzej pisó una mina antipersonal, muriendo en el acto, valentina cayó a cierta distancia del pequeño crater, estando repentinamente sorda y en estado de shock trató de encontrar al chico sin exito, caminó algunos metros mas mientras gritaba su nombre cuando los disparos la alcanzaron. Al no oir nada, no habia escuchado que a su izquierda tras algunos arboles habia una patrulla de soldados alemanes gritandole que se detenga y al no obtener respuesta decidieron abrir fuego sin dudarlo.
Ninguno de ellos, ni Valentina, ni Andrzej pudieron tener la vida que alguna vez soñaron o no.
Nacemos fragiles, indefensos e impresionables. Estamos a merced de otros para que nos cuiden y nos eduquen porque somos mamiferos, eso es lo que hacemos, amor, cultura, familia, son verdades instaladas y la guerra es solamente un monton de hombres matandose los unos a los otros no para dirimir quien tiene razon sino para ver quien queda.
Nuestro acuerdo con paradigmas inutiles como las naciones y las religiones, la idea de un ser todopoderoso mantiene a la maquina de horror funcionando, sin significado, no hay terror, solo cosas pasando. El adoctrinamiento y la auto importancia siguen siendo un problema de la humanidad lo cual despues de tantos años no puede percibirse mas que como una broma cruel, comedia en estado puro.

Fotografía por Gastón Suaya