Cuéntanos sobre tu libro “La alegría del padre” (Alfaguara 2023). ¿Cuál es la premisa central y de qué se trata?
El día en que a su padre le diagnostican una enfermedad mortal, Abigaíl regresa a casa nuevamente a su lado y comienza el registro de los treinta días del tratamiento, un relato emocional acerca de los últimos momentos juntos, que traen de vuelta a su memoria esos recuerdos que han tejido su propia historia familiar. Huérfana de madre, quien desapareció cuando Abigaíl era niña, ella intenta ahora mantener vivo a Rafael un día a la vez, a partir de la narración de su convivencia cotidiana, pues teme que el amor que le profesa ya no será suficiente para salvarlo. El libro es un talismán, al que la narradora le atribuye el poder de sanar a su padre o cuando menos inmortalizarlo conforme lo (d)escribe. Es la historia de dos seres, padre e hija, que, a pesar de sus deficiencias, se han acompañado en medio de la dificultad.
La inspiración detrás de un libro puede ser variada. ¿Qué te motivó a escribir este libro en particular?
La horrible posibilidad de perder a mi padre, darme cuenta de que podía morir. Pero sobre todo el amor y el agradecimiento que siento hacia él.
¿Puedes hablarnos sobre el proceso de escritura? ¿Cuánto tiempo te llevó completar el libro y cuál fue tu enfoque creativo?
Todo empezó en 2015 con la noticia de la enfermedad de mi padre, un médico que ejerció su profesión durante casi 50 años y que, sin embargo, iba a tener que enfrentarse solo a ese desafío que ponía en riesgo su salud porque sus armas-conocimientos eran insuficientes ahora. Durante ese tiempo hasta 2023, lo que escribí pasó de ser la crónica de la incertidumbre (sin intenciones de publicarse) a novela, pero en medio fue algo como un conjuro, a través del cual yo deseaba mantener con vida a mi papá, luego un manual que me preparara para su muerte :( y al final, por fortuna, quedó un libro de ficción. Mi propia historia personal tuvo un giro preciosamente inesperado, y eso me dio chance de calmarme, tomar distancia, y encontrar, en lo sombrío, la luminosidad, la ternura, las risas, el amor. Fue una escritura frenética.
Los personajes suelen ser fundamentales en una historia. ¿Puedes destacar uno de tus personajes favoritos y compartir cómo lo desarrollaste?
Me gustan todos los personajes que escribí en esta novela, con todos intenté ser compasiva. Pero Abigaíl, la narradora e hija de Rafael, me cautiva porque ella encarna los efectos del amor y el cuidado de un padre, al mismo tiempo que el abandono de una madre. Es una chica, entonces, que lo mismo fue como muy “adultita” cuando niña, producto de esa pérdida fundamental en su tierna edad, pero a sus 18, acogida hasta ese momento por el calor y sobreprotección paternal, puede ser también bastante ingenua, incluso tonta, a veces ridícula. Además me encanta su marginalidad, en tanto se trata de un personaje que surgió mucho después de construir el del padre, casi secundario, como una necesidad para reflejarlo. Me parecía que un “personaje bueno” requería de alguien más que lo hiciera creíble al narrarlo desde su propio punto de vista.
La ambientación y el entorno son elementos importantes en la narrativa. ¿Dónde y cuándo se desarrolla tu historia? ¿Por qué elegiste ese escenario?
Quise escribir una historia sobre estar, sobre la presencia, así que decidí que las atmósferas, los lugares y las demás personas, diferentes a Abigaíl y Rafael, evocarían lo opuesto: la ausencia, la soledad, la pérdida. Aproximarme a los dos personajes principales de la historia, un padre y su hija, como los únicos dos seres en el mundo que se tienen entre sí. Los espacios principales son tres: su casa, el hospital y la escuela de natación, acaso un par de locaciones más donde ocurre una sola escena. Esto me permitía poner atención en lo diminuto, en los pequeños detalles; invocar los gestos mínimos.
Si atendemos al hecho de que los protagonistas atraviesan una crisis, el pasado, en especial, a Abigaíl le sirve como un refugio para defenderse de ésta, porque es lo conocido, su infancia-adolescencia, los años noventa. Ese era el único “cuándo” que me interesó construir, porque el presente, a sus 18 años, con su padre enfermo, quise ubicarlo en cualquier momento, ya que me interesaba explorar más bien las emociones que todos sentimos en momentos así sin importar épocas.
Muchos autores tienen rituales o hábitos de escritura. ¿Tienes una rutina específica o algún ritual que te ayude en el proceso de escritura?
Para cada uno de mis libros he desarrollado, la mayoría de las veces involuntariamente, una rutina. En el caso de éste, necesité escribirlo en lugares donde me sintiera calentita, segura, tranquila. Mi vida en esos días era algo inestable, tenía miedo, estaba enojada, ansiosa. Usé la escritura como un faro, adonde volvía cada tarde tras las visitas al hospital con mi padre, para orientarme, tocar tierra.
Cuando se trata de la escritura diaria, sólo necesito haber meditado y tirado la carta del oráculo correspondiente a la semana que vivo, de ahí en fuera el escribir dispone de mi persona cuando gusta.
La literatura a menudo busca transmitir mensajes o reflexiones sobre la vida. ¿Qué temas o ideas esperas que los lectores encuentren en tu libro?
Nunca he querido ser didáctica a la hora de escribir, pero creo que cuando eliges mostrar determinadas ideas y emociones en la escritura o en cualquier otra manifestación artística irremediablemente acabas transmitiendo algún mensaje. Qué es el arte sino un medio íntimo de comunicación. En La alegría del padre quise explorar lo que pasa cuando nos ponemos en el lugar de otro, cuando los cuidados y el cariño son una elección, más que una imposición. Hay un peli de Wong Kar-wai que se llama Con el ánimo de amar. Qué pasa cuando no damos las cosas por hecho. Eso, quizás.
Los libros pueden tener un impacto significativo en la vida de las personas. ¿Has recibido alguna respuesta memorable de un lector que haya sido especialmente significativa para ti?
He tenido la fortuna, hasta este momento pero yo no sé mañana (como dice la canción), de recibir puras palabras bellas sobre mi novela. Hay una que en todos los casos se ha repetido: hermosa. Y creo que nunca nadie me había agradecido por escribir un libro (bueno, apenas llevo dos), pero las veces que eso me ha pasado ahora he tenido que aguantarme mucho las ganas de soltarme a llorar ahí. También, las lectoras y lectores, me han permitido conocer su lado más vulnerable, cuando me comparten sus propias experiencias con sus padres. Ha sido bellísimo, me siento honrada de ser merecedora de su confianza. <3<3<3
La promoción de un libro es un aspecto importante. ¿Cuál ha sido tu enfoque para llegar a los lectores y promocionar tu obra?
Mi sueño es que algún día mis libros no me necesiten a mí para valerse solitos en el mundo editorial. Pero mientras eso sucede, disfruto (aunque a veces también lo padezco porque soy esencialmente tímida), acompañarlos durante su presentación en sociedad. Estoy consciente de que los lectores, hoy en día, se interesan más en conocer a los autores y también nosotros a ellos. Qué gran época vivimos, en la que es posible escuchar de primer oído la opinión de quienes nos leen. En ese sentido, procuro mantenerme cerca de la gente que conforma el ecosistema editorial: libreros, distribuidores, editores, periodistas y lectores, etc. No me perdonaría desperdiciar la oportunidad de hablar con ellos sobre eso que escribí con todo mi amor, en una de esas logro seducirlos y se enamoran, no de mí, sino del libro, y es entonces cuando éste puede quedar en otras manos para seguir su recorrido. Ya será el día en que pueda dedicarme exclusivamente a mi escritura, convertirme en una Salinger, una Pynchon, una Elena Ferrante, pero por lo pronto, soy una novata y me esfuerzo, de veras, en parecer más o menos inteligente en la promoción.
Para los escritores novatos que sueñan con publicar su primer libro, ¿qué consejo les darías a partir de tu propia experiencia como autor?
Lo primero, aunque parezca una obviedad, es que lo terminemos, o sea que una vez acabado de escribir lo demos a leer a distintas personas de confianza, que sean esos ojos nuevos para ver nuestros puntos ciegos; después realizar los tratamientos necesarios al respecto y cuando al fin el texto esté listo mandarlo a los concursos y las editoriales donde siempre hemos soñado participar. Mientras esperamos los resultados, creo que es importante abocarnos en ejercitar nuestra escritura pública, en hacer visible nuestro trabajo en distintos medios. Pero sobre todo leer mucho. Para que el milagro de la publicación ocurra han de confluir un montón de circunstancias, algunas caprichosas, pero también importa la cantidad de tiempo y dedicación que le hemos dedicado a nuestro oficio; así que entre más preparados nos tope esa preciosa oportunidad mejor.
¿En dónde se puede conseguir tu libro? ¿En qué librerías o sitios web está disponible?
Gandhi, El sótano, El Péndulo, librerías independientes de México, Amazon, etc.
Escritora, editora, periodista y fanzinera. Autora de Las Elegantes (Paraíso Perdido, 2021) y La alegría del padre (Alfaguara, 2023). Fundadora y coeditora del mejor fanzine sobre moda y humor, Pinche Chica Chic. Militante de los pasteles.