Querido amigo:

Hace una hora de camino desde que salí de la central. La carretera es muy oscura, de mi lado izquierdo puedo ver matorrales de diferentes tamaños en color azul marino y negro, en algunos tramos puedo divisar pequeñitos grupos de casas, ¿Qué estará haciendo la gente que vive ahí? Me los imagino durmiendo, tapados con apenas una sábana que para nada combina con el cubre colchón, el sonido que hace el ventilador en el número tres suena en la habitación (es Mayo y viven en medio de desierto), también un grillo los arrulla, cuando termina de entonar su melodía, pregunta: ¿Qué les pareció? Verdad que es linda, y se pierde de nuevo en su siguiente creación. Una camioneta ha dado vuelta en una de las esquinas, las luces delanteras alumbran las casas por dentro y dos perros flacos corren tras ella sin ganas, sus ladridos son cansados y después de algunos trotes mejor la observan alejarse. Dos jotos que han quedado cerca de la noria se comen a besos en la oscuridad, se frotan los miembros endurecidos por encima del pantalón y se apachurran el cuerpo, apenas pueden distinguir sus ojos porque la lámpara una cuadra adelante se refleja en sus pupilas. Debajo de esa misma lámpara los viernes en la tarde un grupo de señoras juegan baraja, siempre la ronda de a peso y ya casi el ultimo de $5, o aveces hasta de $10, antes jugaban en la banqueta de enfrente, es más grande y le pega mejor la luz, pero la hija de la señora que vive ahí lleva enferma desde noviembre, y cómo hacian mucha bulla decidieron qué su casino necesitaba nueva ubicación y moderación en su arguende. Si tan solo supieran lo mucho que esta chavala las extraña, los viernes ya no son viernes, ya solo le queda la escritura, hoy tuvo un poco de fuerza y antes de dormir se dispuso a escribir, comenzó diciendo: (En la autopista de Cd. Juárez a Torreón en el asiento 23 de un camión de pasajeros, un joven de cabeza rapada está apunto de quedarse dormido…). Ando bien pacheca.

Te quiere con el alma, Jesús Ríos.

Fotografía por asketoner