Desde pequeña he tenido una conexión inexplicable con las fotografías de mi archivo familiar. Creo esa fue mi primera relación con la imagen fotográfica y fue a través de las fotos que mi abuelo Jorge hizo con su instantánea.


De joven, mi abuelo hizo muchos viajes de carretera mostrando así, elementos de naturaleza y paisajes. Cuando empecé esta pequeña serie, fue mucho en relación a conservar estás imágenes, tras el daño cerebral que tuvo en 2010. Después de tanto observar sus imágenes, pensaba en que mi abuelo seguía en ese viaje interminable de carretera y que de alguna manera, quería acompañarle.


Por lo que, terminé por construir imágenes que respondieran estéticamente a esos elementos de naturaleza perceptibles en las instantáneas.


Digitalicé e hice nuevas composiciones, a modo de collage digital y con fotografías de paisajes que había hecho en diferentes momentos, como lugares. En algunas imágenes, retomé sus lecturas de terapia, borré algunos rostros, pero la mirada tras la ventana permaneció, se podía ver el horizonte y el atardecer.


Al final, pensé en lo mucho que puede significar el concepto de “familia” en su misterio o fantasía. En la carga de memoria que una imagen sostiene, justo como el tronco de un árbol.