Mis lágrimas como en una gotera en una casa descuidada, suenan más y más en
el silencio de mi mente, sentimientos que de tanto dar vueltas se acaban y se
desgastan.

Siendo como una bolsa de huesos con una mirada inexpresiva me veo reflejada
en el charco de sangre de la auto-lesión que me acabo de hacer por tratar que tú,
hombre hecho de espadas, me abrazaras a la fuerza, claramente fue a propósito,
solo por querer sentir algo de ti, incluso el dolor en mi misma.

No puedo evitar en pensar en hacer una armadura para tenerte cerca y sentir
tu frialdad en mi ser, pero me he quedado incluso sin piel de tanto esforzarme
a que tú, hombre de metal me ames.