Me gusta saludarte con olas
sin haches
sin letras mudas
sin silencios que escondan algo
como vergüenza
atracones
o dudas.
Me gusta decirte: oooolaaaaaaaa
y chocar contra las rocas
este error ortográfico
-y todos mis errores-
y salpicarnos un poco de agua
salada
pegajosa
revuelta en arena.
Un o-l-a
que no calle nada
ESCANDALOSO
que se sepa que saluda
que te invita a entrar
a este mar
maremoto
mareado
maraquero.
Y si te asusta mi ola
¡entonces toma
este hola con hache!
Mudo
miedoso
este hola al que le gusta jugar
a las escondidas
a lo fortuito
al adiós.