Entre policías, familiares, paramédicos y vecinos, pude darme cuenta de que alguien había muerto, ¿cómo lo sé? Se escuchaba el llanto de algunos presentes, los vecinos murmuraban cosas sobre el fallecido, “era un buen sujeto”, “estaba muy joven como para morir de esa manera” y “la noche anterior lo vi llegar y solamente lo saludé con la mirada”, fue lo que alcancé a escuchar mientras mi mirada se centraba en saber quién había muerto, hasta que lo alcancé a ver.

Nadie se esperaba que el vecino del cuarto piso, de cabello largo y rubio muriera repentinamente, fue una pena despedirlo, ver cómo lo cubrían con una sábana blanca, saber que ya no fumaríamos juntos en la azotea, mientras repasaba sus líneas y me contaba acerca de su trabajo.

Aquel hombre de cabello largo y rubio era Heath Ledger, mi vecino, mi amigo, con el que compartía cigarrillos.