He pensado en el encuentro como una constante pregunta. He pensado en la causalidad y el temor de la mirada que se esquiva en mi interior por tratar de conocer el mundo. Siento que el universo de pronto deja de ser esa espiral indetenible a la que caigo. Ora presiento la emoción, ora el momento en que el reloj señale el instante, ora la calma que abarcan los nombres.

Las novelas se revuelven mi mente como una parvada de aves que se arrojarán a lo imprevisto. Entonces se esboza una palabra que llega como viento a ese ser que danza incluso cuando llueve. Una risa, un poema. Sé Polífemo de las respuestas. Nadie es mi nombre y en esa pronunciación que sucumbe a toda su fenomenología me encuentro agazapado en silencio.

He pensado la pregunta; ahora quiero ser el zorro que se encuentra en ese desierto a la espera. Quiero ser ese cielo que se curva en la eterna lucha del ser. He pensado la pregunta y más allá de ella está el instante en el que un autobús se aleja.