Hagamos de lo incorrecto, lo mejor

Hoy me dieron ganas de escribirte.
Aunque a decir verdad tengo ganas de mil y un cosas más, contigo.

Ven.
Respira en mi cuello y suspira todo lo que has guardado.
Tómame cómo una taza de café por la mañana y muérdeme cómo el primer bocado después de un largo día de ayuno. Siénteme cómo si me leyeras en braile. Respírame así cómo se respira el olor a tierra mojada después de una tarde de lluvia. Lámeme cómo te lames los dedos después de tu platillo favorito. Fúmame cómo un cigarrillo al leer el periódico.
Tócame cómo aquella obra que tanto ensayaste y al fin te salió. Léeme cómo poesía y hazme prosa. Piérdeme el miedo y piérdete conmigo.

Hagamos de todo lo incorrecto, lo mejor, sólo cómo ambos sabemos hacerlo. Sin importar que suceda después.
Tantas veces sintiéndote en mis sueños, entre mis dedos y, mezclándote en mi saliva que ya te siento ficticio.

Ven y hazme sentirte real.
Refugiate ahí, en mi espalda donde aún se siente como tu hogar, recorreme y córrete por cada rincón cómo un niño por corriendo en el parque.

Estás tan presente que aún sin estar, me estremezco. Te siento.

Apresúrate, que éstas ganas de recorrer el mundo contigo no se van a ir tan rápido.
Te espero, pero no tardes tanto porque mis piernas tiemblan de ansias y, mis labios se parten de frío.

Cómamonos al mundo de golpe, no dejemos ni una sola migaja.
Guarda silencio.
Toma mi mano y, corre.
Dentro o fuera.
Y, hazme ir a tu lugar favorito.

Tantas ganas de hacer tanto y tan poco tiempo esperando por nosotros. Tantas ganas y tanta cobardía que nos consume.

Promete que no tardarás.

Fotografía: Bernardo Aldana