Crucificaste tu felicidad, con tu sangre nos protegiste. Resucitaste mil veces de la oscuridad solo para vernos felices. Te admiro en silencio aunque la mierda de mi boca te lastimé.
Extirpe e hilé tu corazón mil veces solo por entenderlo; aún así te rindo tributo diosa del mundo eterno. Fuiste maldecía pero eres libre. ¡Mientes! Crees no merecer el perdón.
Camino siempre de la mano de tu crianza en mis memorias <
Con el negociaste para la vida de tus cachorros postergar. Pero el te exhibo, te humilló y tu alma destrozó. Madre de ángeles, ahora la sangre brota por mis ojos color canela oscura <
Mi sangre corre pero no por tu acto desinteresado; si no por esos seres inmundos llamados mortales ¡¡¡ha quienes les arrancare la cabeza uno a uno por sus actos bestiales, que considero aberrantes!!!
Yo cuidaré de ti. Apaciguaré tu sed de afecto, porque mis sentimientos son los correctos. Me amantaste con tú saber.
Madre de pequeños graznidos a ti mi plegarias encomiendo siempre, oh soberana del mundo donde mis sueños cultivo.
Una criatura inhabitual que prefiere las plantas sobre las personas, que aún le pide deseos a la luna, que entrega mucho y que le encanta pasar las tardes de domingo horneando bizcochos, ese soy yo.