El humorista Jordan Peele debuta como director con Get out (2017). Chris y Rose son una pareja interracial que da un paso más en su compromiso: conocer a los padres de la novia. Chris es un fotógrafo con cierta fama en el círculo artístico neoyorkino. En este encuentro asume que a la presión e incomodidad de este primer encuentro también se suma el hecho de que él es negro. A lo largo de los días descubrirá que en realidad el único que debería estar incómodo es él.
Get out tiene la cualidad de ser escurridiza. Peele no desenvuelve una obra de terror en el sentido más clásico, visceral y hasta primario, pero su maestría está en haber sabido sustituir lo terrorífico por un horror que descansa en una empatía mucho más profunda y en la decodificación de lo críptico. Su complejidad también está en la radicalidad de su propuesta: Get out no es una romantización de la cultura afroamericana. Peele deja la comedia a la otredad en la figura del mejor amigo de Chris, Rod. Lo absurdo de pensar en “una secta de blancos que secuestra negros”, que bien podría haber sido un gag de Peele, termina siendo la trama de un potente thriller político.
Jordan Peele maneja con fluidez ese doble, esa otredad y el nada es lo que parece, para ofrecernos incomodidad y atacar puntos claves aún hoy dentro del discurso criptoracista. Chris y Peele navegan el mundo como artistas negros con una narrativa propia, pero que a la vez tienen que revivir una y otra vez la validación del hombre blanco en tópicos y lugares comunes. El humor como contrapunto es también el mecanismo de Peele para hacer oír su voz: la de un actor que sale de la pantalla y parece responder a Spivak cuando nos pregunta si puede hablar un subalterno.
Película: Get Out
Director: Jordan Peele
Año: 2017
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