Por hoy, ganaste,
estoy rendida,
y herida
de muerte.
Por hoy, perdí.
Y lloro mi derrota,
hecha pedazos.
Lo volviste a hacer,
me encontraste distraída
fue lo tuyo una emboscada
y perdí.
Por hoy, te di
mis horas de sueño
y te lloré hasta el amanecer.
Lloré de la impotencia,
de no poder entender
¿Quién puede herir a alguien
que agoniza?
¿Cabe en ti tanta maldad?
¿Quién puede enviar al paredón
a alguien
que se interpuso
mil veces
a los intentos de tus enemigos
de tirar
a quemarropa?
¿Eres tú a quien serví de fortaleza?
Por hoy, no importa.
Por hoy, estoy muerta,
me ahogué
entre gotas saladas,
con los labios partidos
y la cara tiznada.
Escribo aquí
con el último soplo
y mis manos sin fuerza:
“No mereciste
ni el
primer
minuto
que
te
amé”.
Por hoy, ganaste.
Esta noche, me acribillaste
con palabras hirientes
con la burla de quien
remata
a su presa
sin vida.
Pero mañana,
tal vez,
pueda levantarme,
y hasta podría
escribirte
otro poema.
Fotografía: Luciana Giachino
Ciudad de México, 1994. Ha sido reportera de temas políticos, sociales y anticorrupción en El Universal y en La Silla Rota. Estudia lingüística en la UNAM. Escribe, escribe y escribe.