Los pensamientos más profundos se dan bajo la ducha.
Fue un día de esos, en dónde la vida te pesa, las crisis existenciales te atormentan, y la ansiedad se apodera de ti.
Decidí darme una ducha para disipar mis pensamientos, en el momento exacto en dónde mi imaginación voló más allá de la realidad.
Imaginando mi funeral, que tal vez no viva muchos años, que un día de la nada les suene el teléfono a mis amigos y sea mi familia avisando que yo ya no existo más en este plano, que dejé cosas pendientes por hacer, dejé sola a Larkin, mis abuelos con un dolor infernal, el no poder ver crecer a mi hermano.
El simple hecho de ya no existir y darme cuenta que toda mi vida me preocupe por hacer las cosas bien por alguien más y no preocuparme lo suficiente por mi, anhelando que regresé ese amor inconcluso.
Es momento de reflexión, y enfocarme en el presente con visión del futuro, dejar atrás el pasado.
No se si sea una «premonición» o no, pero si un dejó de existir.
Siempre estabas tú.
(familia, amigos, y el gran amor).