Siempre siento frío, parece ser parte de mi ser, siempre temblando, siempre color zombie, sin embargo hay un tipo de frío que disfruto, es el de la madrugada, se siente diferente, como una caricia de la vida tratando de tranquilizarme, podría quedarme en ese momento para siempre, es diferente, es puro, como si nada malo fuera a pasar, esto sucede cuando empieza a amanecer (4y5 am) nadie lo entiende creo o lo disfrutan de otra forma, pero de repente todo se esfuma como un cigarrillo , en el momento que acaba yo le llamo un regreso a la realidad (6 am) y el día empieza, un día nuevo dicen, pero como puede ser nuevo, si ya traes una rutina, odio la monotonía de la vida cotidiana.

Fotografía por Gastón Suaya