ETERNO RESPLANDOR

Veíamos en pantalla el eterno resplandor cuando un dron nos espió por la ventana. Era el mismo dron que nos había espiado ayer y antier y antes de antier. Justo cuando daban el eterno resplandor. Brilla, como brilla el dron bajo la luz del alumbrado y la fuente de rábanos en rodajas dispuesta junto a las demás viandas en la mesa; lista, como si esperáramos a Charlie Kaufman; listos con nuestros lentes oscuros Christian Dior vintage 1968 para verlo y que se viera reflejado junto a la puerta: dicho cuatro veces en el reflejo de los lentes, como gesto anticipatorio de dónde estábamos ahora –un lugar que no está en ningún lugar- repetidos hasta la saciedad.