Todo duele,

todo se siente,

la sangre me quema.

Ya no hay más aire

y el alma me pide

que llore y corra

que queme y arda.

Todo retumba,

todo se acaba,

la mente se cansa.

Estoy despierta

y el alma me grita

que mi voz no se calle,

que mi libertad no se toque.

Fotografía por Martin Canova