Todo duele,
todo se siente,
la sangre me quema.
Ya no hay más aire
y el alma me pide
que llore y corra
que queme y arda.
Todo retumba,
todo se acaba,
la mente se cansa.
Estoy despierta
y el alma me grita
que mi voz no se calle,
que mi libertad no se toque.
Fotografía por Martin Canova
Tengo a la soledad escondida entre los lagrimales.
1996.