Hoy desperté tranquila, igual que como me dormí. Aunque, la verdad, el estar pensando las cosas no me deja hacer muchas otras actividades.
Estoy enojada con Toño. Qué rayos es eso de “estoy pedo, no me mandes mensaje”. Y así se desaparece otra vez. Y anteayer no hablamos porque estaba triste.
Es difícil romper con los ciclos, con la dinámica que existía entre dos personas. Los sentimientos no cambian de un día a otro, de un lugar a otro.
Al final, acabo lastimada por cosas que él hace o deja de hacer, aunque quiero creer que no tanto como antes porque trato de no esperar tanta reciprocidad. Si antes no la hubo, cuando tuvimos un ‘compromiso’, menos ahora.
Ni siquiera estoy segura de que me moleste que esté con alguien más, aunque sí me dolería el hecho de que ni siquiera se hubiera esperado un poco. Pero, ¿qué se podría esperar?
No piensa como yo, no siente como yo, no actúa como yo. El terminar no le afectó como a mí me afectó.
No sé cuando me llegue la tristeza, pero esta parte del duelo supongo que la vivo enojada. Espero que me ayude porque la tristeza la manifiesto victimizándome, y en el enojo al menos puedo establecer ciertos límites. El punto es ponerlos en el momento y no cuando los pienso varias horas después.
Pero ALV, sigo enojada. ¿Por qué yo me intereso tanto en su vida, en lo que hace, en cómo está? Y a él ni siquiera le importan mis cosas. ¿Por qué tanta indiferencia?
¿Por qué, habiendo tantas personas, decidí pasar 2 años de mi vida con alguien que no me quiso?
¿Sabes qué era importante? Cumplir dos años.
No quiero regresar a lo mismo de buscar chavos a los que les guste o me tiren la onda para no sentirme sola.
Fotografía por zrdyzrdy.