A veces simplemente no quieres hablar de lo que sucede, en un desesperado intento de negar su realidad. Pasar página y esperar a que se filtren los eventos traumáticos o que se presenten a tu puerta una noche cualquiera en la piel de alguien más.
El tiempo es necesario para armarse de herramientas y no sucumbir ante la oleada de sentimientos, pero ¿cuánto tiempo es el correcto? Entender los tiempos universales no es un asunto sencillo, a veces se olvida y parece que ya no duele.
Otras veces abres el armario y le encaras con toda tu fortaleza, luego parece que se ha marchado para no volver, hasta que una noche cualquiera vuelve hecho carne en la mirada de los más cercanos, en las palabras inapropiadas de cualquier desconocido que se cruza por un segundo en tu vida.
Por fin comprendes que sigue en el armario y jamás se marchará de allí, pero sí que puedes mantenerlo vigilado y hasta encadenarlo. Recuerda no desatenderlo o atacará cuando bajes la guardia y todo parezca estar en el orden ideal