Elogio a los días que fueron nuestros

Muchas veces al día recuerdo con nostalgia los días que compartimos juntos, los días que fueron nuestros porque así lo quisimos.

Los días en los cuales nuestra única preocupación era saber a que playa iríamos y que íbamos a desayunar.

Los días de estar tirados en la cama, mirando el techo, hablando sobre lo que esperamos de la vida y de cómo queríamos iniciar una familia.

Los días en los que compartimos esos atardeceres únicos e irrepetibles.

Los días lluviosos, en los cuales lo único que importaba era el hecho de estar y de estar bien.

Los días de despertar con el desayuno en la cama y el sentimiento reparador de existir a un lado del ser amado.

Los días en donde nunca faltaba café. Tenían un sabor diferente.

No fueron muchos, pero fueron enteramente nuestros y considero que hicieron falta más, ¿y tú?

Fotografía por Edie Sunday.