Creía haber intentado todo,
que era mi momento
de caminar
hacia la luna
con los pies descalzos.
-estaba equivocada-
Aún me faltaba
descubrir
cómo curarme,
que mi espíritu sanara.
Empecé a escribir a los 16 años, solo que antes era un secreto. Ahora tengo 22 años y continúo sintiendo a través de la escritura.
Que se sepa que todo lo que plasmo viene de lo vivido, internalizado, encarnado y sufrido. Partes de mi siguen vivas gracias a mis textos y poemas.
Residiendo en la CDMX.