El lado negro de la luna

Cuando me adentro en el lado negro de la luna, nos imagino discutiendo la complejidad de los instrumentos o la profundidad de las palabras,  ahora solo quedan letras sin sonido  y oraciones no terminadas, en el mar de posibilidades y mundos paralelos  aún vive la vida que imagine, aún está el balcón, el par de tazas de café, los cigarros  y nos sumergimos en los libros mientras nos ignoramos. En un mundo paralelo mareado de posibilidades, Vincent Vega si besa a Mía Wallace, las miradas si llegan a encontrarse sin sentir incomodidad e incluso se regalan una sonrisa con las pestañas. Lo bueno es que la mente no la censuran las circunstancias y que aunque ya no hablemos sobre la división de las campanas o nos leamos cuentos sin terminar, en mi mente les invento un final, que aunque no es tan bueno como el que tú les darías, les da la oportunidad de no morirse incompletos.

Fotografía: Tomé Duarte