EL CHICO GRIS

Es un chico gris con sentimientos en tonos rosas, lleva una corona imaginaria sobre su cabeza y dice que él es el rey, pero a veces se encierra en su cuarto y llora porque se odia.

Ama los días nublados y los viajes en autobús, solo, sin demasiados pasajeros. Y muchos no entienden que ama estar solo, pero no sentirse de esa manera.

Lo confunden, y el chico gris es solo el chico gris. Adora el té con dos cucharadas de azúcar, no endulzantes, y comúnmente se consume en la tecnología y olvida lo que ama.

Le fascina el frío de invierno que se asoma en su ventana, ama tener crisis existenciales y odia encontrar preguntas, porque hay cosas que solo deben escucharse, disfruta querer y recibir el mismo amor que entrega.

Quizá quiere tan fuerte que se rompe. Suele decir que es capaz de resistir el dolor extremo, pero llora tres veces al día, una porque se odia, otra porque la vida es injusta y la última porque los demás no le brindan amor.

Las personas creen que es frío, irónico y que no dice lo que siente, pero la verdad es que, de manera cliché, necesita un abrazo sincero y una conversación fuera de lo común.

Quiere saber el por qué, de entre toda la gente existente, estás hablando con él, con el chico gris. Y quizá no quiera ser ese chico, pero estar triste es lo único que le resulta bien.

Quiere ser la primera opción, quiere amor real, quiere mil tazas de té y algo lindo que usar una noche de domingo mientras ve televisión, porque los domingos no son tan malos y desea vestirse bien para él mismo.

Suele aburrirse constantemente, y adora dormir, quizá porque es el único momento en el que no está consciente de qué es el mundo y qué es él.