Hoy es 24 de marzo de 2020, el presidente anunció que se entra en la segunda fase de la pandemia. Sin embargo, ahora tú estás allá, en el lugar donde perteneces, en el extremo sur. Y aunque te busque no te encuentro y aunque te encuentre no podrás salir. Me imagino que estamos encarcelados en un cuarto de cuatro por cuatro, nunca he pisado una prisión, pero este hecho me hace sentir que estoy en una.
Me hace falta una visita conyugal, para besarte y al tocarte pensar que puedo morir por contagiarme. Eso me agrada de ti: tus besos mortales, tu sexo como una explosión. ¡Maldita pandemia! Devuélveme a mi amada.
Tus manos olor a alcohol y yo tan sobrio. Tus besos no llegan. Tu distancia es mayor a dos metros. Dónde te he de encontrar después de la pandemia, de la soledad, de lo que no hay y de lo que sí, ¿dónde? Dime dónde, amor, ¿dónde nos veremos? Ya no soporto el encierro. Necesito morir en tus labios, en tu piel, en tu cuerpo. No te quedes parada. ¡Corre! ¡Corre! ¡Amor! ¡Corre! Voltea y mándame un beso, que llegue al dolor de esta soledad en el cuarto donde existe una nostalgia que se percibe todos los días.
Me muero sin ti. Las plazas, los cines, los bares, los restaurantes y todos los lugares donde nos citábamos han cerrado. ¿Y ahora dónde nos veremos? ¿Dónde? ¿Dónde te voy a ver? Dime dónde, amor.
Fotografía por zrdyzrdy.
Escribo por gusto, siempre he pensado que las letras logran penetrar el alma.
Si quieren me pueden seguir en insta: @otro_saul