El amor en los tiempos del TOC

(Septiembre, 2014)

Tengo un poco de toc, claro, si es que se puede tener un poco.
Supongo que se tiene o no se tiene y en ese caso diría que no lo tengo.
O tal vez sí.

No soporto ir escuchando el radio a un volumen 13, tiene que ser 14; no 12, no 11, tal vez 15, pero tiene que ser 14.
No comprendo porque hay personas que lo escuchan en 13, no es adecuado, se distorsiona la música. El 13 suena mal. Y no es porque crea que es de mala suerte, también el 17 se escucha mal y en ese caso preferiría el 18 pero como ya es muy alto considero el 14 adecuado.

Tampoco soporto los ruidos que hacen las personas al comer, ¿porqué sorben? ¡Hay cucharas! No es tan difícil abrir la boca lo suficiente como para que pasen los líquidos o quitar la cuchara de la taza antes de tomar café, o doblar la servilleta en vez de hacerla bolas o mascar con la boca cerrada…

Ni se diga de las grietas en el piso.
Hay un miedo justificado detrás de pisar las grietas; podría pisarlas y abrirse el piso, romperlo y caer a un nosédonde que podría estar repleto de grietas y personas que sorben mientras escuchan música en volumen 13.

Por eso aprendí a volar, para no pisar más las grietas del suelo, por eso y por enamorarme de un Girondo que sorbe y escucha música en volumen 13.

Fotografía: Ismael Castañeda