Querido amigo, nos faltó tiempo, aún con eso sé que eras la persona que uno siempre recuerda, aunque no intente pensar en ella. Es extraño como pasan las cosas y pretendemos que tenemos el control de nuestras vidas. Pienso en ti y no puedo creer que ya no estás escribiendome a las tres de la mañana, contandome cuentos nordicos. Pienso en todo lo que ibas a hacer, en todo lo que ibas a descubrir y no quiero seguir pensando ya. Nunca creí que estaría escribiendote esto, este día. Pensaré en que descubriste aquel Valhalla, que estás feliz en las montañas, esperando.
Te veré allá.
La curiosidad mató al gato.