Estaba guardando estos atardeceres de octubre para verlos contigo.
Pero ahora queda clarísimo: nunca hay que guardar nada para después.
A veces te recuerdo con cariño, a veces con tristeza, a veces con
enojo. Otras con nostalgia, con frustración, con desesperación, con muchas
lágrimas en los ojos, dificultad para respirar y un hueco en el pecho
que cada vez se hace más grande.
Sigues en todos lados.
Te espero sentada frente a la estación del tren.
Llevo tres semanas viviendo en mi cabeza.
¿También me piensas los lunes? ¿Los domingos? ¿Cuando llueve?
¿Cuando estás en tu cuarto? ¿Cuando vas al Oxxo que está
cruzando la calle? Tú diciendo: ¿cómo es que te gusta el cine pero no ves películas?
Le agarré cariño a escribir sobre ti.
Así me purgo.
A veces nada más siento tu ausencia.
La tristeza hace que todo pese diez toneladas.
Tengo 20 años y estoy estudiando artes audiovisuales y cine digital en Guadalajara Jalisco, desde muy chiquita me he inclinado por las artes, por sus diferentes ramas. La fotografía siempre ha sido parte de mi vida y de un tiempo para acá que empecé a escribir, más como algo personal que como algo profesional.