Estos son tiempos modernos.
Una vida digital donde todo se sabe.
Frases como un dron nos espió por la ventana no suenan tan descabelladas.
Nadie teme hablar de amor de frente, pueden hacerlo cobardemente detrás de una fría pantalla.

Charlie Kaufman no era así. Influenciado por el amor que sus padres arrastraban con orgullo desde 1968 cuando se conocieron, Charlie era un amante apasionado y buscaba con quién compartir sus días.

Lo mañana siguiente creyó encontrar su destino al ver una mujer hermosa seleccionando rábanos en la verdulería de la esquina. Se acercó, dudoso, mientras ella le sonreía.

Después de un hola, su historia comenzaría.

Fotografía por Thomas Listl