Me preguntaste que como he estado todo este tiempo, luego de encontrarnos sin querer en una calle vacía hacia a el viejo parque “la Esperanza”.
– Bien gracias, ¿tú que tal?
te contesté mientras que el parque nos regalaba su nombre dejándolo entre nuestros pies.
Y sigo escribiendo para volverlo a vivir , bienvenidos!