Después del aislamiento, vienen los desastres

Vivimos en ciudades deprimidas que ya no saben ni por qué. El aislamiento se acabó, pero llevamos nuestras caras destruidas. Ni siquiera podemos mirarnos a los ojos unos con otros. Nos volvimos como los personajes de Charlie Kaufman: inmersos en soledad.

Para muchos, este año es primo hermano de 1968, otra vez con los puños en alto honrando al Black Power. (Algunos nos sentimos despreciados como rábanos de supermercado barato).

El 2020 nos congela mientras las manos rezan y demonios nos vigilan pero es mas propio decir: ¡Un dron nos espió por la ventana! 

Quién sabe si seguiremos vivos para el siguiente invierno…

Fotografía por cem celik