Midas me dijo que si una historia está acabando no hace falta hacerse daño.
Por eso:
Adiós al amor abstracto.
Adiós a la inercia desolante del ayer.
Adiós a las ausencias prolongadas.
Adiós a los reproches inútiles.
Adiós a las infidelidades.
Adiós a esa ilusión que arrastra ríos de rencores.
Adiós a las llamadas de larga distancia.
Adiós, adiós, adiós a la puta distancia.
Adiós a ese playlist en Deezer.
Adiós al stalkeo compulsivo en Tumblr.
Adiós al “tú no entiendes casi nada”.
Adiós a los 22 del calendario y a esa noche de febrero.
Adiós a ese “vamos a darnos un tiempo“.
Adiós a ese “encuéntrame“.
Adiós a Bogotá y a la vida que quise junto a Quinche.
Fotografía por Denis Ryabov
Corrección, estilo y variaciones de la lengua española. Universitat Autònoma de Barcelona.
@spiritually_punk