No puedo hacer nada
contra lo hecho:
no eres tú
quien duerme conmigo
y, a veces,
esa incapacidad
me destroza.

No pude evitar ser
la no elegida
y, a veces,
esa incapacidad
me reclama,
me mata de insomnio.

Haberte dejado ir,
haberme hecho
de una vida sin ti,
a veces pesa, tanto
que me rompe.
Me tumba en la cama
y hace que los días pasen
sin pena ni gloria.

Haberte dejado ir,
sin conceder nada
hace mi vida común,
mis días se cuentan
en reversa,
mis noches lloran
una despedida.

Esa incapacidad
de hacernos uno,
de amarte
y me ames
es la única razón
de mi desgracia.

A veces,
esa incapacidad
de encontrarte
me destroza,
me quema,
me rompe.

No puedo hacer nada
contra lo hecho:
no fuiste tú
quien renunció.
Y, siempre,
esa decisión
me mata.

Fotografía por Fragile Ruins