No te daría flores, te daría una vela para alumbrar todos esos lugares donde sientes la soledad eterna.

Iría a verte, solo para sentir una despedida y sentir como es que tu mano se va alejando de mí. Caminaría hasta tarde y pisaría charcos de agua solo para hacerte sentir infante.

Lloraría contigo a través de esos días llenos de tristeza y me uniría a tu llanto para sentir a través de ti, que es lo que te está matando.

Me iría si así lo quieres.

Los días como hoy solo me consumen. La fortuna se vuelve desdicha y todo se destroza dentro de mí. Siento tan frio el corazón como un pozo sin fondo. El lago ha quedado tan seco que la sequía ha quedado como un concepto vano. El manejo de mis emociones se encuentra a flote.

Quisiera renacer a través de un árbol o ser un ave para volar tan lejos de aquí, quiero decir, me vi a través de tus ojos, sonreí, vibre y mil veces triunfé… crecí a lo largo de estos meses y era tan pequeña cuando te conocí y mírame, estoy tan grande y llena de sentimientos en donde desearía ser pequeña otra vez. La vida era tan sencilla y pareciera que solo con tronar los dedos era suficiente.

Camine entre las calles solo para verte en el cielo, me acompañaste entre esas estrellas y la luna cerca de ellas.

La felicidad escurre en mi rostro. No hay, nunca hay una carta de despedida, las personas escribimos esta clase de cosas porque nos gusta relatar como nos sentimos. Y si me preguntaran que si es una carta para decir adiós… mi respuesta sería no, el mundo es pequeño y redondo.

Te veré otro día en otro lugar. Lejos de todos los sentimientos que se privaron por miedo a crecer y quedarnos.

En mi vida; se han sentido tantas cosas, sensaciones, muertes, alegría, felicidad y tristeza. Pero siempre quise saber cómo es amar. Quisiera abrazarte ahora y sentir el cariño que por dentro aún está ahí, sentir este miedo me agobia, me mata.

No elegimos como sentirnos al despertar o al dormir, no elegimos con quien estar, o con quien iremos. ¡Maldita sea! No elegimos a quien amar. Solo ocurre…

Me gustaría sentir el aire en mi rostro, como en un principio y ver de nuevo nuestro comienzo del todo, nuestro todo.

Fotografía por Camerafilmlens