Deja que suceda

Deja que pruebe tu piel, que mis dientes se claven en tu cuello mientras mis manos se encargan de dejarte sin ropa.

Deja que pruebe tu miel, que mi lengua dibuje mi deseo sobre ti, mientras el tuyo se queda en mi boca.

Deja que hablen tus gemidos, y que tus manos pidan más mientras se entierran tus uñas en mi espalda.

Deja que te disfrute con mis cinco sentidos, porque únicamente así siento que nada me falta.

Deja que tus besos por mi cuerpo corran libres, que se atrevan a explorar con cuidado cada centímetro.

Deja que encuentre tus puntos más sensibles, mientras tus pulsaciones y gemidos cronometro.

Deja que esto se una con aquello, que tus piernas se enreden mientras tu espalda se curva.

Deja que escuche tu resuello, que los movimientos se sincronicen en un arrebato de lujuria pura.

Deja que el clímax estalle, que la electricidad invada nuestros cuerpos desnudos.

Deja que nos escuchen hasta la calle, y que dentro, en la habitación, el placer nos deje mudos.