De cosas intangibles

Hay dentro mío
una sed que no logro saciar.
Un pozo vacío
de cosas intangibles.

Crece en mis pulmones,
recorre mis venas,
llega hasta mis talones,
una llamarada eterna.

Son ganas de tumbarse
boca al cielo y observar,
o ser una miguita de pan,
dentro de la hierba descansar.

Es una sed infinita
de partículas etéreas,
anhelos de una tierra lejana
que hemos logrado curar,
nos recostamos en la arena
y dormimos en paz.

Pero suelo olvidarla,
de forma recurrente,
la ternura en lo efímero.
El dilema constante,
vivir de manera fugaz
o deslizarse en la onda sempiterna.

Fotografía por Cleo Thomasson