Andamos de a poquito,
cada tanto y calladitos,
atestados de bullicio
y bien ceñidos a lo dicho.
Ulcerados desde el nido y
con el tacto de una escama,
ya curados de este siglo
andamos sin pena ni rabia.
Esquivando los espejos
y los ecos al hablar,
cada noche disponemos
las alarmas y el disfraz.
Andamos de a poquito,
como procesión de santas,
como pago en anticipo,
como deuda ya saldada.
Fotografía por Abel Ibáñez G.
Santacruceño de nacimiento y juntapalabras por distracción.