Cumpleaños veintiocho

Desde lo más profundo de mi ser, escribo esto para mi bonejo.

Desde hace muchos años he querido escribirte a ti porque fuiste mi motor más grande y al comenzar mi mente borraba cada recuerdo. Entonces, ya no podía continuar. No sé cómo clarificar y magnificar lo mucho que significa tu existencia en mi mundo.

Quiero comenzar agradeciéndote todo lo que hiciste por mi, lo tanto que me has mostrado. Contigo aprendí que la palabra paciencia no son sólo nueve letras, aprendí que se puede llorar por sentir tanto amor, aprendí que desayunar tortitas de huevo te alegra el día. Tengo miedo por los dos; me conoces más de lo que yo me conozco. Sé que estás bien, sé que en realidad el mundo sigue avanzando y el pasado nos pisa en todo momento. No quiero cambiar nada, no me gustaría que las cosas fuesen distintas, estoy aceptando y aprendiendo con el paso de los días, a agradecer, a valorar, a pedir perdón, etcétera. Me basta con escribirte y recordarte que fuiste vida, que me hiciste feliz muchos años, que te sentí completamente y que converger significa tu nombre y el mío. Espero la vida siempre te devuelva el amor y el empeño que le pones a lo que amas. Te deseo mucha luz, mucha vida, mucho amor; estoy segura que nunca va a faltarte nada porque eres un ser humano increíble rodeado de personas igual de bonitas.

Gracias por enseñarme que el amor existe, gracias por regalarme tiempo. Nuevamente y con el corazón en la mano, te deseo plenitud y tranquilidad.