Cuba, uno de mis seudónimos. Me identifico mucho con esa palabra, no sólo porque es corta, sino porque es una palabra con dos vocales y dos consonantes. Esta palabra representa para mí cierta rebeldía, inconformidad, enojo, querer salir de donde estás: de cierta manera, me identifico.
Siempre he sido muy infantil. Muchas de mis actitudes son como las que tendría un niño chiquito, mi obra va y viene entre un niño pequeño y un adulto, un niño al que le gusta dibujar sobre los libros y que el sarcasmo forma parte de su día a día. Mucha de mi obra termina en pequeñas intervenciones que recuerdan a ese niño que todos llevamos dentro.
Pensando siempre en la arquitectura y en el personaje que la habita, los fondos me causan una curiosidad enorme. Pensar que los objetos solo ven pasar sin pensar, lo que pasa cuando alguien piensa.
Una historia de amor prohibida. Siempre me ha dado curiosidad pensar en los contrarios, pensar cómo se juntarían, qué tan cierto es esto que los opuestos se atraen. Esta es una historia bizarra, fantasiosa y sexosa del Pato Lucas y Donald teniendo un romance. Tal vez las caricaturas no son tan para niños.
Cuando era niño, sentía muchísimo miedo de los fantasmas y los seres paranormales, pensaba que siempre había alguien que estaba a punto de poner sus manos sobre mí. Mucha de mi obra es recordatorios de cómo me sentía cuando era niño.

Pedro Assam (Ciudad de México, 1996) artista visual y estudiante de arquitectura. Su obra es de carácter efímero, cotidiano y humorístico donde el proceso creativo es más importante que el producto terminado. Se enfoca en criticar a la sociedad de consumo, la copia, el entorno y la búsqueda sin resultado de una identidad. Entre su obra destaca el dibujo, el collage, el video, la intervención y el uso de materiales alternativos.