Cuarenta y ocho de noviembre

Estoy parado encima de Leibnitz, está muy oscuro. Aunque traje algunos cerillos de madera, un telescopio, dos espejos, una escoba y tu foto. Mi bolsa es de tu color favorito. Te extraño.

Aquí todo es diferente,  sólo están el día y la noche. Tienes que viajar para llegar a alguno de ellos. Es bueno, pienso que te gustaría.

Estoy en un círculo, un noviembre eterno. Voy para la luz esperando que me veas. A veces quiero regresar, quiero ver otros gatos. 

Te veo en Longomontanus. Si voy a permanecer, que sea en un lugar de trece letras y bien barrido.

Estoy bien.

Dejo esto para quienquiera que lea, tal vez para mí dentro de un tiempo, para nadie.  Espero que lo leas tú. De verdad te extraño. 

Que el tiempo nos una.