Cuando pierdes a alguien muchas veces, te acostumbras tanto a la perdida, que cuando lo vuelves a tener por un lapso efímero de tiempo es como tocar el cielo y el mismísimo infierno a la vez.
Es lo que me pasa contigo, cuando te he tenido ni siquiera he sabido si realmente me perteneciste. En nuestro interminable ir y venir hemos probado otro labios, otros cuerpos y el retorno a ti siempre arrasa con la misma fuerza arrolladora de quien añora una revancha.
Cuando pierdes a alguien muchas veces, duele tanto en el fondo del alma y a la vez se siente alivio, como si tenerte me complementara pero perderte me destruyera por completo. El alivio de saber que pronto volverás como tantas otras veces y el dolor de aceptar que no me perteneces.
Cuando pierdes a alguien muchas veces, te mantienes esperanzado, sueñas y anhelas el reencuentro, sabes que se puede ir tu vida en ello, pero volverá.
No sé si gano más cuando te tengo o cuando te pierdo, pero sé, que de tantas veces que te he perdido he aprendido que si estamos es destino y si te vas… te prometo que no te olvido.
Comunicóloga amante de las letras. Fiel admiradora de las puestas del sol, corazón frágil y mente revuelta.