Cuando no sepas de qué escribir, no escribas de nada, aléjate del papel y la pluma o, en todo caso, del computador.
Cuando no sepas de qué escribir, no te esfuerces de más en hacerlo, no tiene caso, no vas a terminar haciéndolo mejor.
Cuando no sepas de qué escribir, mejor olvídate de todo, de lo contrario terminarás en el lugar más oscuro de tu mente, del cual es muy probable que ya no quieras salir.
Cuando no sepas de qué escribir, no le des más vueltas y ríndete, porque puede que termines escribiendo algo de lo que después te podrás arrepentir.
Cuando no sepas de qué escribir, no escribas de ella, porque tal vez te des cuenta de que las cosas ya no son como solían ser.
Cuando no sepas de qué escribir, no leas lo que ya le escribiste alguna vez, porque tal vez te des cuenta que todo aquello que te provocaba algún día se fue, para nunca más volver.
Fotografía por Alberto Polo Iañez.